Un nuevo estudio de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) desmiente la creencia generalizada de que las mujeres están naturalmente "programadas" para despertarse más fácilmente que los hombres ante el llanto de un bebé. La investigación revela que las diferencias en cómo hombres y mujeres responden al llanto nocturno son mínimas.
A pesar de estos hallazgos, las madres todavía realizan tres veces más cuidados nocturnos que los padres. Los investigadores realizaron dos estudios separados para investigar este fenómeno y obtener datos concretos sobre las diferencias de género en el cuidado infantil.
Experimento revela diferencias mínimas
El primer experimento, con 142 adultos sin hijos, reveló que las mujeres solo respondían ligeramente mejor a sonidos muy suaves. "Contrariamente a lo que se suele decir en los medios de comunicación, nuestros participantes masculinos no durmieron a pesar del llanto del bebé", explica la profesora Christine Parsons, del Departamento de Medicina Clínica.
Los investigadores descubrieron que las mujeres tenían aproximadamente un 14 por ciento más de probabilidades de despertarse con sonidos susurrantes, independientemente de si se trataba del llanto de un bebé o del sonido de una alarma normal. Sin embargo, una vez que aumentó el volumen, no hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Madres asumen triple responsabilidad nocturna
En el segundo estudio, 117 padres primerizos en Dinamarca documentaron sus cuidados nocturnos durante una semana. Los resultados mostraron que las madres tenían tres veces más probabilidades de encargarse del cuidado nocturno de sus bebés que los padres.
"Nuestro modelo matemático demostró que la gran diferencia en el cuidado nocturno no puede explicarse por las pequeñas diferencias observadas en la sensibilidad sonora entre hombres y mujeres", afirma el estudiante de doctorado Arnault Quentin-Vermillet, coautor del estudio. Los investigadores apuntan a factores sociales más que a diferencias biológicas para explicar la disparidad.
Factores sociales determinan la diferencia
"Creemos que hay varios factores que explican nuestros resultados, probablemente interrelacionados", apunta Christine Parsons. En primer lugar, las madres suelen tomar la baja por maternidad antes que los padres por paternidad, adquiriendo más experiencia en calmar a sus bebés desde el principio.
En segundo lugar, cuando las madres amamantan por la noche, podría tener sentido que los padres duerman toda la noche. Según los autores, su estudio contribuye a una conversación más amplia sobre la igualdad de género en la crianza de los hijos al desafiar las suposiciones sobre la capacidad de respuesta de los hombres hacia los bebés.
Políticas de paternidad pueden equilibrar responsabilidades
El estudio destaca cómo los recientes cambios de política en Dinamarca, que aumentaron la licencia de paternidad asignada de dos a 11 semanas, podrían ayudar a equilibrar las responsabilidades de cuidado infantil entre los padres. Los investigadores ahora esperan que haya más estudios que examinen cómo los padres y las madres se adaptan a la paternidad, a medida que cambian las hormonas y los patrones de sueño.
(EUROPA PRESS) Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.