Un equipo del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politécnica de Valencia (UPV), en colaboración con la Universidad Pablo de Olavide, ha alertado sobre el grave impacto del crecimiento urbano en el acuífero de la Plana de Valencia. La investigación revela que la expansión urbanística está poniendo en jaque uno de los sistemas hídricos más sensibles del litoral mediterráneo.
El estudio, liderado por Javier Rodrigo, Claudia Romero y María Elena Rodrigo Clavero del IIAMA-UPV, junto a Sergio Salazar de la Universidad Pablo de Olavide, analiza los cambios en el uso del suelo entre 1990 y 2018. Los investigadores han aplicado el Índice Ambiental Ponderado (WEI) para evaluar el deterioro del territorio debido a la presión urbanística y los efectos del cambio climático.
La superficie urbana creció un 70%
Los resultados del estudio son alarmantes: la superficie urbana aumentó un 70% en el periodo analizado, mientras que las áreas agrícolas de secano disminuyeron en más del 59%. Esta transformación radical del territorio ha tenido consecuencias directas sobre el valor ambiental de la zona.
El valor ambiental del territorio se redujo un 9,2%, pasando de 44,80 en 1990 a 40,68 en 2018 según el WEI. "Las consecuencias son claras: pérdida de capacidad de recarga del acuífero, mayor riesgo de inundaciones, deterioro de la biodiversidad y una creciente degradación de las funciones ecológicas del paisaje", apunta Javier Rodrigo, investigador del IIAMA y autor principal del estudio.
La DANA de 2024 confirma los riesgos
La urbanización fue especialmente intensa entre 2000 y 2012, durante la expansión inmobiliaria y turística. Parte de ese crecimiento afectó directamente a zonas hidrológicamente sensibles como la llanura aluvial del río Turia, incrementando la exposición al riesgo de inundaciones.
"El episodio de la DANA de octubre de 2024, con 228 víctimas mortales, tuvo lugar en zonas ya identificadas como propensas a este tipo de fenómenos. Este hecho subraya la urgencia de incorporar criterios de resiliencia climática en la ordenación del territorio", añade María Elena Rodrigo, investigadora del IIAMA.
Un territorio estratégico en peligro
El acuífero de la Plana de Valencia abarca un complejo mosaico que incluye la ciudad de Valencia, su entorno metropolitano y el Parque Natural de la Albufera, un espacio protegido de alto valor ecológico y socioeconómico. Esta interdependencia funcional entre áreas urbanas, agrícolas y naturales lo convierte en un territorio estratégico, pero también especialmente vulnerable.
"El acuífero es clave para el abastecimiento de agua, la agricultura y el equilibrio ecológico de toda la región. Su deterioro compromete no solo la sostenibilidad ambiental, sino también la seguridad hídrica y el bienestar de las generaciones futuras", advierten los autores del estudio.
Medidas urgentes para la sostenibilidad
Los investigadores proponen medidas urgentes para mitigar los impactos del crecimiento urbano. Entre ellas destacan proteger el suelo agrícola periurbano, restaurar llanuras aluviales y fomentar soluciones basadas en la naturaleza que refuercen el equilibrio ecológico y la resiliencia del territorio.
"Necesitamos un modelo de desarrollo más sostenible, basado en el crecimiento compacto, la preservación de recursos estratégicos y la implementación de prácticas agrícolas adaptadas al cambio climático", concluyen desde el equipo investigador. La metodología desarrollada es replicable en otras regiones mediterráneas como Doñana o las costas andaluzas, donde la intensificación de usos del suelo plantea retos similares.
Validación científica en marcha
Actualmente, los autores están desarrollando una línea de investigación paralela para validar empíricamente los resultados del WEI mediante la comparación con indicadores ambientales reales. Para ello, han presentado una propuesta de proyecto al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
(EUROPA PRESS) Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.