El primer ministro Pedro Sánchez ha declarado su intención de gobernar «hasta 2027 y más allá», incluso si el Parlamento le retira su apoyo. La afirmación llega después de que Carles Puigdemont anunciara su retirada de la mayoría de investidura, dejando al gobierno sin un bloque garantizado de escaños. Hace exactamente un año, Sánchez ya había manifestado su determinación de gobernar «al margen del Poder Legislativo».
La postura del presidente del Gobierno se endurece ante la posibilidad de un rechazo parlamentario. Sánchez dejó claro: «Si la Cámara los tumba, seguiré con mi hoja de ruta». Esta declaración marca un punto crítico en la democracia parlamentaria española, sugiriendo una voluntad de operar independientemente del control legislativo.
Comparecencia histórica en el Senado
Sánchez se convirtió en el primer presidente en ejercicio que testifica ante una comisión de investigación sobre corrupción en el Senado. Durante su comparecencia sobre el caso Koldo, criticó a la comisión como una «mayoría coyuntural» que «no responde a la función». El caso implica alegaciones de corrupción relacionadas con contratos gubernamentales que afectan a exfuncionarios del PSOE, incluidos José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán.
Presión electoral en el horizonte
Las elecciones regionales de diciembre en Extremadura, seguidas por las de Castilla y León en marzo y Andalucía en junio, representan una amenaza significativa para el liderazgo de Sánchez. La presidenta de Extremadura, María Guardiola, ha iniciado un ciclo electoral que podría desafiar al gobierno central.
Puigdemont criticó duramente la situación: «Podrá ocupar poltronas, pero no gobernar». El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, presentó una nueva Ley de Procedimiento Penal «tras 106 ministros, cuatro reyes y una república», aunque con escasas perspectivas de prosperar en el Parlamento.
Nota: Este artículo fue creado con Inteligencia Artificial (IA).









