Los adolescentes con anorexia nerviosa permanecen sedentarios durante 10,5 horas diarias y realizan escasa actividad física moderada o vigorosa, según revela un estudio de la Universidad de Oviedo. En contraste, los adultos con esta patología registran niveles de ejercicio que superan en un 160% las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La investigación del grupo DiANa constituye el primer metaanálisis que analiza de forma objetiva la actividad física en personas con anorexia nerviosa. Los resultados, publicados en European Eating Disorders Review, utilizaron datos de acelerómetros recogidos en 15 estudios previos con 658 pacientes.
Patrones diferenciados por edad
Los adultos con anorexia realizan una media de 100 minutos diarios de actividad moderada y más de 90 minutos de actividad moderada-vigorosa. Sin embargo, esta elevada carga de ejercicio podría estar asociada a patrones compulsivos o rutinas vinculadas al trastorno, lo que plantea riesgos para la recuperación.
«Nuestros resultados aportan información valiosa para la práctica clínica», explica Alex del Valle Pagador, primer firmante del artículo. El estudio desvela patrones diferenciados según la edad y el momento del tratamiento, ofreciendo nuevas herramientas para adaptar la intervención clínica.
Movimiento desadaptativo como factor de riesgo
La investigación enfatiza el papel del llamado «movimiento desadaptativo», que engloba comportamientos como caminar sin descanso, evitar el reposo o hacer ejercicio extenuante motivado por el control del peso. Estas conductas, presentes incluso tras la aparente recuperación, están asociadas a mayor gravedad de los síntomas y riesgo de recaída.
La muestra global incluyó a 651 mujeres y 7 hombres, con edades entre los 12 y los 65 años. El estudio fue liderado por la investigadora María Fernández del Valle y analiza pacientes en diferentes fases del tratamiento: hospitalización, hospital de día o seguimiento ambulatorio.
Necesidad de herramientas objetivas
Uno de los puntos críticos que destaca el equipo investigador es la falta de herramientas clínicas objetivas para medir la actividad física en este perfil de pacientes. Hasta ahora, la mayoría de los estudios se basaban en cuestionarios o entrevistas, lo que podría haber subestimado el impacto real del movimiento en esta enfermedad.
Los autores reivindican la incorporación de profesionales del ejercicio físico en los equipos multidisciplinares para una evaluación más precisa. «Esto permitiría una gestión más segura y realista del movimiento en estos pacientes», afirma Hugo Olmedillas, profesor del Departamento de Biología Funcional.
Estrategias innovadoras de tratamiento
La anorexia nerviosa afecta principalmente a mujeres jóvenes entre los 15 y 19 años, aunque se detecta cada vez a edades más tempranas. Es la segunda enfermedad mental con mayor tasa de mortalidad y presenta índices de recaída superiores al 50%.
El estudio propone alejarse de los modelos de tratamiento basados en la restricción del ejercicio. Los investigadores apuestan por estrategias innovadoras que permitan retomar la actividad física de manera adaptativa, segura y beneficiosa para el proceso de recuperación.
Fuentes utilizadas: "EUROPA PRESS" Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.
